sábado, 16 de marzo de 2013

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Día Mundial del SidaVIH/SIDA: los mitos lejos de los datos



El conjunto VIH/SIDA, es decir, el Virus de Inmunodeficiencia Humana y la enfermedad que provoca, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, es objeto usual de prejuicios y preconceptos. 

  • ¿De una mamá con VIH, nace un bebé con VIH?
Uno de los errores más comunes acerca del VIH es pensar que una madre siempre transmite el virus a su hijo. Este tipo de transmisión se conoce como transmisión vertical, pero no es automática y puede ser prevenida, según los expertos. 

De los 600 casos de transmisión vertical que el Ministerio de Salud de la Nación registró en 2001-2002, se pasó a 200 en 2009-2010, es decir casi dos tercios menos

Entre todos los bebes expuestos al virus entre 2000 y 2009 (último dato oficial disponible), un 8% tuvo diagnósitico positivo, de acuerdo a la información proporcionada por los principales laboratorios que realizan test para diagnósticos pediátricos. Los números provienen del Boletín sobre el VIH-SIDA 2011, elaborado por el Ministerio de Salud.

El informe también menciona que hubo una gran disminución en este tipo de casos luego de un pico en 1995, atribuida tanto a la implementación de medidas preventivas, “como a la sanción en el país de una normativa específica para perinatología”, que permitió universalizar el test en mujeres embarazadas

En 2001, la Ley 25.543 estableció “la obligatoriedad del ofrecimiento del test diagnóstico del virus de inmunodeficiencia humana, a toda mujer embarazada como parte del cuidado prenatal normal”. De esta manera, se puede comenzar el tratamiento de prevención en forma temprana.   

“Si la mujer es identificada como VIH positiva, se le da tratamiento, lo que permite prevenir la transmisión”, explicó Pedro Cahn, presidente de la Fundación Huésped. “Antes, cuando no había terapia retroviral, 1 de cada 3 mujeres infectadas transmitía el virus en el embarazo. Hoy, con el tratamiento, se pasó a menos del 1%”.

A la misma conclusión llega el informe “Situación de los niños, niñas y adolescentes con VIH en Argentina”, producido por UNICEF: “Mientras que la cantidad de diagnósticos en adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años se mantiene relativamente constante a lo largo de los años, los que corresponden a niños/as de 0 a 14 van disminuyendo a lo largo de la década [N.de R.: de 2000]”, lo que “se debe ala disminución progresiva de la incidencia de infecciones por transmisión vertical”. 



  • ¿Las trabajadoras sexuales tienen VIH?

Un universo de personas que habitualmente son relacionadas con el virus son las trabajadoras sexuales. Pero dos informes sobre la transmisión del VIH muestran que, entre ellas, el virus afecta a alrededor del 2%. Si se considera el universo general de trabajadores sexuales, que incluye a hombres y transexuales, la tasa es más elevada: 5,3% (los informes se pueden ver aquí aquí). 

En ambos casos representan un porcentaje mayor al resto de la ciudadanía, de 0,4%, según el Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de 2011. Para Cahn, el mensaje en relación al VIH es claro: “Las trabajadoras sexuales tienen un riesgo acentuado por ser una población vulnerable en este sentido”.

De acuerdo a la investigación "Saberes y estrategias de las mujeres trabajadoras sexuales ante el VIH/SIDA y otras ITS", el 93% dijo usar siempre preservativo, y “sólo el 0,2% nunca”, sobre una muestra de 440 personas. 

Sin embargo, también se da cuenta de un proceso de negociación para el uso del mismo, que presenta ciertas dificultades. “Las encuestadas dicen que cuando no lo usan, los principales motivos son que el cliente se opone (2.7%), que es un cliente fijo (2.2%), que ofrece pagar más (1.4%) y que cree(n) que el cliente no tiene VIH, porque se ve sano (1.2%)”. 

Tanto Cahn como Elena Reynaga, fundadora de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar), subrayaron la importancia de la organización en la prevención para que se use preservativo en todos los casos. “Desde la Asociación se realizan talleres semanales de concientización en los lugares de trabajo, y dos veces por semana se distribuye información y métodos de prevención. También, trabajamos de forma articulada con hospitales y centros de salud”, mencionó Reynaga. Es decir que las mujeres trabajadoras sexuales comprendieron, a través de una organización que las nuclea, que su cuerpo es su herramienta de trabajo y como tal hay que cuidarlo.

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