Tierra de nadie
El presidente de la Corte Suprema dijo que el narcotráfico “está afectando el Estado de derecho”, y el titular de la Sedronar reconoció que “los pibes se falopean en las calles”. De la situación crítica al tema “sobrevalorado”. La destrucción K
Maldita droga, maldita. “Argentina está muy lejos de ser Colombia”, dijeron desde el gobierno. No somos Colombia, ni México, ni Venezuela, afirman quienes prefieren comparaciones con Australia o Canadá. Lo cierto es que no somos ni uno ni otro, tampoco somos lo que fuimos, ni sabemos qué país pretende construir – destruir el kirchnerismo. Hoy vivimos en tierra de nadie, acechados por los miedos: a la locura narco, a la inseguridad, a no llegar a fin de mes (más que precios cuidados, “cuidado con los precios”).
Para la periodista azteca Cecilia González, autora del libro Narcosur, “es imposible la penetración de los carteles mexicanos sin algún tipo de protección política y sin complicidades locales”. Ahí hay que indagar; en la complicidad, en la omisión, en la incompetencia. Maldita política de discursos y anuncios: la sombra del narcotráfico escondida bajo el manto de la corrupción. El combate contra este flagelo “debe ser una prioridad”, dijo ayer el presidente de la Corte Suprema, pues “afecta el Estado de derecho”. El tema “está sobrevalorado”, reflexionó casi al mismo tiempo (y en su dimensión paralela, la del relato) el titular de la Sedronar, entidad oficial que debería encabezar la lucha. “Los Estados Unidos son el principal problema del narcotráfico”, había dicho antes el canciller, tras las advertencias norteamericanas sobre el lavado de dinero en nuestro país. Pero la realidad se impone al cuento de la década ganada: 2014 arrancó con una muerte por día en Rosario, donde el narco disputa cada barrio, cada calle y cada plaza como territorio propio. Es la prueba piloto, mientra avanzan por el norte del país y ganan terreno en la provincia de Buenos Aires (ver página 4).
“Una prioridad”
Durante la apertura del año judicial, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, señaló que “todos coincidimos en que nuestra patria está afectada por un problema gravísimo, que es el de la drogadicción, y que está afectando el Estado de derecho”. Por eso, agregó, entre los tres poderes del Estado “no tenemos que discutir estos temas, tenemos que ponernos de acuerdo sobre cuestiones básicas e implementarlas”. A su vez, ante la inacción del gobierno de Cristina Kirchner, Lorenzetti quiso enviar un mensaje. No mencionó su nombre, pero sus lacayos (los viceministros Sergio Berni y Julián Álvarez), sentados en las primeras filas de la conferencia, se lo harán llegar. “A los otros poderes les decimos que la agenda del narcotráfico debe ser prioritaria”, exclamó, exigió, rogó el juez.
Tema “sobrevalorado”
"Es una realidad que la droga está en la calle, que los pibes se falopean y que las previas los revientan, porque chupan como esponja y toman pastillas. Ese es el gran problema que tenemos hoy”. Las declaraciones son cruelmente reales, y más graves aún pues provienen del padre Molina, titular de la Secretaría de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). Fue él quien aseguró que el tema está “mediatizado y sobrevalorado” y que (aún) “no somos Colombia”. “Chupan como esponja”, dijo, “está sobrevalorado”, agregó.
Maldita droga, maldita política de discursos y falsas promesas, que han convertido a nuestro país en tierra de nadie. En tierra de narcos.
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